Arearea 1892 Paul Gauguin.
Museo D’Orsay
Arearea, significa jocosidad, alegría en lengua tahitiana y es el sentimiento apacible que nos quiere mostrar Gauguin a través de esta pintura.
El tiempo parece haberse parado en este cálido paisaje donde la idealización ensoñadora y primitiva y la sencillez nos hablan de la belleza del euilibrio y la armonía.
Huyendo de la vida moderna de la gran ciudad, el pintor Paul Gauguin se retira a Tahití. Es en esta isla de la polinesia donde se encuentra inspirado para pintar sus obras más famosas.
Más allá del impresionismo, e influenciado por Van Gogh y las composiciones de las estampas japonesas, Gauguin desarrolló un estilo personal que marcaría generaciones posteriores de artistas fauvistas y naif.
Como en una utopía de fábula, en sus obras conviven apaciblemente hombres, dioses ancestrales, vegetación exótica, animales…
Nada importa al pintor las críticas en un principio a su obra, a su perro naranja en primer plano, la falta de perspectiva o de profundidad, pues más que una representación mimética de la realidad, Gauguin quiere mostrarnos emotivamente su visión personal.
Desvinculado de normas y convencionalismos, Gauguin disfruta de la libertad expresiva y juega con la combinación rítmica de las formas y los colores. Tonos cálidos y planos sin perspectiva, esencia y sencillez, nos hablan de la alegría de una vida idílica de armonía del hombre con la naturaleza.