Tormenta de nieve. 1842. J. M William Turner
Tate Gallery. Londres.
Agitación febril, movimiento, fuerza desgarradora.
La naturaleza en toda su cruda realidad, en medio, un barco a la deriva. Un pintor romántico en su visión más violenta y vibrante de la inmensidad.
Dicen que el pintor se ató al mástil del barco para presenciar vivamente la tormenta
Pensamos: ¿paisaje? ¿abstracción? ¿expresionismo?¿realidad? Realmente moderno para su época.
Las toscas y empastadas pinceladas realzan el instante, los contrastes entre luces resplandecientes y tonos ocres se mezclan en nuestra retina y nos confunden. El punto focal se ha girado, no vemos el horizonte, tan sólo intuimos y reordenamos con nuestra imaginación.
La pintura se expande hacia el exterior desde el centro y las olas nos golpean arrollando nuestro mirar.
Con todo, una espléndida obra del inglés William Turner ejemplo del sentimiento romántico del S. XIX de los sublime.